La plaza, la plaza...

España está indignada. Algunos se manifiestan, otros muchísimos no, pero todos padecemos el descontento, la inseguridad, el ridículo de estar siendo representados por una clase política incompetente que nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos: 5 millones de parados, escándalos fiscales, leyes absurdas etc.

Desde la irrupción del movimiento del 15 M en la agenda pública lo he observado, al principio con mucho interés, viendo en él una oportunidad para rehivindicar un sistema democrático más justo, más auténtico; después con prudencia, atendiendo a su origen, propuestas y fines. Por fin, con desconfianza: me resulta caótico, poco concreto e idealista. No sé, no tiene sentido, y lo digo convencida de que podría haberlo tenido.

Lo interesante es que se reunan pocas propuestas pero claras que sean representativas de un interés generalizado. No está siendo así y, personalmente, cada vez veo menos claro que acampar sea la vía acertada. Los representantes dicen que ahora es momento de acordar qué pedir a los poderes políticos. Sin embargo, han salido a relucir tantos temas, tan dispares que el movimiento ha quedado, en mi opinión, desacreditado. Acampamos para quejarnos de todo ¡ala!Está muy bien, pero es poco realista y poco práctico.

Se anunciaron como un movimiento democrático independiente a ideologías de derechas o de izquierdas, dijeron que el movimiento estaba formado por creyentes y no creyentes. La verdad es que no sé qué pensar sobre esto. Es posible que el movimiento surgiese de esta forma, en cualquier caso ha degenerado en otra. Se han radicalizado los mensajes y se ha perdido el norte, o al menos el norte que a mi me interesaba. El otro día me acerqué a leer las pancartas de los acampados en Vitoria, mi ciudad, y a continuación me alejé de aquello, no sólo en sentido físico, indignada. Así que ahora estoy doblemente indignada, con la situación política y con este movimiento que me aburre y me preocupa.

Es posible, que los que debíamos estar no hayamos estado y que por eso se haya torcido el asunto... no lo sé. Sí que puedo decir que todo me resultó confuso desde el principio, atractivo, pero confuso. En su manifiesto y en las propuestas que publicaron en la web se identificaban tintes utopistas y emotivistas que no me convencen.

Lo que está claro es que ahora es prioridad de todos, nos manifestemos o no, que se convoquen elecciones generales ¡Ya! Si estos comicios pasados han dejado algo bien claro es que todos estamos hartos y necesitamos salir de la crisis. Me parece que, por el momento, hemos tenido bastante 15M, hay que replantearse qué necesita España y las vías para conseguirlo. Quizá sea más interesante poner en práctica vías civiles más académicas,diplomáticas, políticas.

Por último, me parece importante que las fuerzas políticas reflexionen sobre su verdadero papel en la sociedad, el de ejercer su poder al servicio del pueblo. Su falta de valores les ha hecho olvidar su identidad, su ideología. Se prostituyen a cambio de un puñado de votos. Es infame. La verdad, no sé si fue antes el huevo o la gallina (sociedad o clase política), pero en este problema se encuentra sumida toda la sociedad española. No sabemos quiénes somos ni qué queremos. Nos indignamos.

Análisis del #15M con José Luis Sampedro

Ayer estuve en la concentración de Pamplona, esta tarde en Villajoyosa y dentro de un rato en la de Alicante. Es impresionante ver como en ámbitos tan distintos la gente que ahí se reune tiene el mismo sentimiento de indignación. Yo no solo he visto a universitarios burgueses, he visto a muchas familias con todos sus miembros en paro, con hipotecas, etc. que exigen algún tipo de remedio, pero sobre todo, que no se le tome el pelo.

Por primera vez en la historia de la democracia española, en una jornada de reflexión, realmente se está pensando, reflexionando y hablando de política. Se está pidiendo que mañana se vaya a votar, que se vaya al lugar donde el que haya ganado esté celebrándolo para decirle que a partir de ahora no se puede ignorar al pueblo, se está pidiendo a que los ciudadanos se comprometan a que después de las elecciones se sigan reuniendo en los grupos de trabajo para que se lleven a cabo las propuestas exigidas.

Paso de pensar en posibles "conspiraciones", no creo que esto sea consecuencia de una manipulación, sino de una verdadera indignación general. Se ha abierto un canal de queja, se ponen altavoces y megáfonos y quien esté allí tomará la palabra y depende de quien la tome la "revolución" irá por unos cauces o por otros. Lo que ocurre es que hay algunos que están muy convencidos de sus ideas y de llevarlas a cabo. Y otros parecen esperar a verlas venir. 

Es el momento del cambio. #Spanishrevolution