La ilusión y el asombro ante el lenguaje



Me ha parecido muy interesante leer el "Breve Tratado de la Ilusión", escrito por Julián Marías. He pensado que reflexionar un poco sobre la palabra "ilusión" puede ser una buena forma de empezar el año 2011. Además, he encontrado una excusa para hablar del asombro que provoca en mi la existencia del lenguaje.

Para empezar, el autor revela que la palabra ilusión, presente en numerosas lenguas, tiene un significado privado de la lengua española que supone el entendimiento de una realidad más amplia que aquella a la que pone nombre esta misma palabra en otras lenguas. Esto es muy interesante porque, como explica Julián Marías, la realidad es comprendida por el ser humano a través del lenguaje. Esto explica que la inexistencia de palabras en nuestra lengua limite nuestro entendimiento.

Tenía esta idea en la cabeza ayer mientras leía la novela de George Orwell, 1984. En la novela en cuestión la acción se sitúa en un Estado totalitario que busca asegurar la conservación del poder a cualquier precio. Algo que leí ayer en esta novela en relación con el lenguaje me resultó interesante. El gobierno totalitario del que habla la novela considera inteligentemente la necesidad de crear una "neolengua" que consiste en simplificar la ya existente.

"¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? (...) Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño. (...) Todo el clima del pensamiento será distinto. En realidad, no habrá pensamiento en el sentido en que ahora lo entendemos. La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia."

Dejando esto aparte, vuelvo a hablar de la palabra "ilusión" con la intención de profundizar solo un poco en su significado. En las lenguas románicas, la palabra ilusión es una voz reciente que adquiere un significado cercano al de mentira o engaño. La ilusión se da "cuando nos representan una cosa en apariencia diferente de lo que es". De este significado se derivan palabras como "iluso" o "ilusorio", que mantienen su significado negativo.

La lengua viva varía continuamente no sólo con la adopción de nuevas palabras sino también con el enriquecimiento semántico de cada una. En el caso del sustantivo "ilusión", la progresiva variación de su significado se manifiesta en los versos de Espronceda, al que Julián Marías atribuye el descubrimiento del nuevo sentido de la palabra ilusión diferenciando su acepción al del resto de lenguas románicas. De esta forma, puede decirse que desde el Romanticismo, los españoles son los únicos capaces de vivir ilusionados, entendida la ilusión en sentido positivo, gracias a la revolución semántica sufrida por esta voz.

La palabra ilusión, en su desarrollo semántico, contempla la necesaria proyección del hombre en el futuro al mismo tiempo que se nutre de su pasado. La ilusión es inagotable, persiste una vez alcanzado el objeto de la ilusión. No es una realidad instantánea como pueden ser la alegría o el placer, porque no deja de darse. Se da en una realidad emergente resultante de que el mundo no está dado. Darlo todo por dado o visto, puede llevar a una carencia de ilusión.
Estas son algunas de las realidades que recoge este concepto. Es sólo un bosquejo pobre del apasionante significado de la palabra ilusión que no soy capaz de resumir en pocas líneas. Os aconsejo que leaís el breve tratado de Julian Marías que nos hace maravillarnos de cómo una palabra puede recoger con cocreción una realidad compleja. Por último, no me olvido de desearos que empecéis un nuevo año lleno de ILUSIÓN.




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