Los telediarios de hoy trataban de alarmarnos con la noticia, conocida en realidad por todos, de que los jóvenes españoles empiezan a beber alcohol con trece años. Sin embargo, quiero llamar la atención en un detalle, parecían más preocupados por las consecuencias que tiene este hecho que por sus causas.
Después he encendido la radio, no sé que emisora era ni quién era la periodista, estaba haciendo una entrevista relacionada con la noticia a un psicólogo profesor de Universidad y le ha preguntado precisamente sobre qué pensaba él que podía ser la causa de haber llegado a esta situación. El entrevistado ha dado datos, ha dicho que en un fin de semana un joven consume en un botellón el equivalente a doce copas de alcohol (coma etílico fijo). Sin embargo, ha dicho que no era tan importante lo que provoca el consumo masivo de alcohol en los adolescentes sino las consecuencias del hecho. Ha insistido, igual que lo hacía el telediario, en los daños que el consumo de alcohol a edades tempranas provoca en la memoria y en el aprendizaje y en un riesgo aumentado de alcoholismo en el futuro.
No es que quiera criticar la lógica preocupación de la sociedad ante un problema que nos afecta a todos, porque estos adolescentes son los que el día de mañana tendrán que sacar adelante el país y verdaderamente no tiene ninguna gracia que el cociente intelectual de la sociedad se vea disminuído por un descuido como este. Sinceramente, no creo que nos podamos permitir este lujo.
Pero, qué es lo que hace que los adolescentes españoles se inicien en el consumo de alcohol y otra sustancias, esto es lo que debería preguntarse la sociedad. Personalmente creo que es un problema educativo que tiene mucho que ver con las aspiraciones que un niño de trece años tiene en la vida. No es normal que los jóvenes vivan durante la semana con la única aspiración de que llegue el fin de semana y salir, emborracharse y liarse con algún pobre diablo o diabla (porque eso sí, en este saco entran por igual chicas y chicos ¡viva la igualdad!). La verdad es que ultimamente le estoy dando muchas vueltas a este tema. Los medios y nuestro querido gobierno alimentan la creación de sueños y aspiraciones efímeras en las nuevas generaciones y el resultado es que nuestro país está lleno de jóvenes desesperanzados porque confiaron demasiado en la felicidad que un "exitoso fin de semana" (una buena cogorza, sentirse el rey o reina del baile y conseguir ligar) podía proporcinarles. Pues bien, el resultado de la incompetencia de algunos son problemas, problemas y más problemas, lo que se traduce en vidas, vidas y más vidas y un país que sacar adelante.
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