Hace poco me dieron recuerdos de una amiga de la infancia. Al principio no me acordaba de ella en absoluto, aunque ella parecía recordar muchos pormenores: cuando atamos a mi hermano pequeño a una silla para que no se moviera, cuando planeamos escaparnos de casa con ocho años, etc. Frente a tantos detalles era imposible negar la evidencia. Fue entonces cuando empecé a pensar en diferentes amigos de la infancia y cómo me habían influido o les podía haber influido yo.
A los padres de ambos protagonista les va mal en su trabajo, en ambos casos el negocio familiar quiebra, pero mientras a uno eso le lleva a una revalorización del esfuerzo, del trabajo, de la unión familiar, a otro le lleva al odio y a la venganza. Sí, también está el elemento de la guerra donde no parece que hubiera mucho donde elegir. ¿O sí? Como muestra la película la Guerra Civil española no es una cuestión de buenos o malos sino que te tocaba el bando según donde residieras. Aún así me parece interesante que esa cuestión no es del todo determinante. La guerra no se elige, pero sí la postura frente a ella. En definitiva la vida no se elige, pero sí la postura que se toma frente a ella. Libertad. Puede que también vaya de eso la película.
Como puede verse me da igual quiénes sean los personajes, si existieron o no. Aunque se relaten hechos históricos de uno de los personajes, para mí todo es ficción. Ficción en algunas escenas muy conseguidas y en otras sumamente irreales.
¿Los temas clave? Por un lado, la infancia, la paternidad y la libertad, por otro, tal y como ponen de manifiesto otros, el sufrimiento, la redención y la muerte. Quizá muchos temas, quizá muchas historias demasiado comprimidas en dos horas lo que puede dificultar el sentido de la película. La verdad es que tengo ganas de que salga la versión extendida del director, Roland Joffé, que llega a las tres horas. Creo que ahí podré juzgarle bien como director. Lo que está claro es que la volveré a ver.